Desde una llama humana y pasional, emerge el reflejo de nuestra propia sombra
-aquella que sin luz, no existiría-.

.:::. Hay quienes dicen que la verdadera luz es transparencia, por lo que no puede ser reflejada; ya que es todo y nada, a la vez .:::.

Este fuego humano, mundano y finito. Fuego denso, corpóreo. Peligroso y sustancioso: ES reflejo y REFLEJA. . .
Y es la huella de la transformación del ardor, causado por su espejada condición, la que va trazando el rumbo:
forjando el aprendizaje.

viernes, 18 de junio de 2010

fragmentando la luz de lOs mil soles.-


Gustavo Enrique Arias Murieta "Agua"




Las aguas perplejas
del desierto,
y el destello
absorto
de sus orillas

sondean

los saltos al vacío:

el crepitar
del miedo,
en el estómago.

Emociones
chapoteando
los umbrales:
las entradas/
las salidas.

Y el miedo,
otra vez:
vistiendo de avaricia
las pupilas.
De tensión,
los dientes.
De cerrazón
el pecho que sangra
la sequedad
de quien sostiene las
amarras

y fragmenta la luz
de los mil soles.