Desde una llama humana y pasional, emerge el reflejo de nuestra propia sombra
-aquella que sin luz, no existiría-.

.:::. Hay quienes dicen que la verdadera luz es transparencia, por lo que no puede ser reflejada; ya que es todo y nada, a la vez .:::.

Este fuego humano, mundano y finito. Fuego denso, corpóreo. Peligroso y sustancioso: ES reflejo y REFLEJA. . .
Y es la huella de la transformación del ardor, causado por su espejada condición, la que va trazando el rumbo:
forjando el aprendizaje.

miércoles, 16 de junio de 2010

telarAña.-


telaraña.- Carme Doménech.- Óleo.-



Sentada en el rincón
inhabitable.

Sondeando
lo que no resisto.

Oteando el alma,
y la verdad
que horada.

/Hay cosas que no quiero,
y apenas
admito./

Me pesa este rincón,
y su
telaraña.