Hilos de caramelo
tejen
la historia del
tiempo viejo.
Visten de dulce
ámbar
el recuerdo
sepia
del oro infantil.
Montada a
la trama,
recorro los senderos
tejidos,
mirándolos de
cerca;
sabiéndolos lejos.
La vida es una grieta
en el camino
llano.
Un suspiro hecho
de bordes.
Una hoguera caliente
que se extingue,
apenas muerta
la noche.