Desde una llama humana y pasional, emerge el reflejo de nuestra propia sombra
-aquella que sin luz, no existiría-.

.:::. Hay quienes dicen que la verdadera luz es transparencia, por lo que no puede ser reflejada; ya que es todo y nada, a la vez .:::.

Este fuego humano, mundano y finito. Fuego denso, corpóreo. Peligroso y sustancioso: ES reflejo y REFLEJA. . .
Y es la huella de la transformación del ardor, causado por su espejada condición, la que va trazando el rumbo:
forjando el aprendizaje.

miércoles, 7 de julio de 2010

micrOs espontáneOs.-


Marcia Schvartz | Clivia Libro 2
1995 | óleo sobre cartón | 100x50 cm.



La mañana / espejismo
de sol transparente;
cubre de luz de ámbar
el verde de las hojas.

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Acuosa, la sombra
nocturna,
se escurre entre
las hendijas
de quietud estática
y plateada;
en el rincón
sin tiempo de las lunas viejas.

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Me arrimo
a lo nunca dicho,
oteando la orilla
del alma:
que es toda frontera.


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Besos que desbordan
el sensor de realidades
y cruzan los límites
de todos los cuerpos.

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Las manos abiertas
como alas.
Y un pecho que tiembla
renaceres.

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El canto largo
del silencio,
en el susurro
de la llovizna matutina.

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Cien puertas
al cielo
y a la tierra.
Todas abiertas/
todas cerradas.
Cien puertas
de umbrales vacíos.


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Un grito
de paredes sordas
proyectándose
como espadas filosas
que nunca encuentran
donde anclar
sus hojas.