Desde una llama humana y pasional, emerge el reflejo de nuestra propia sombra
-aquella que sin luz, no existiría-.

.:::. Hay quienes dicen que la verdadera luz es transparencia, por lo que no puede ser reflejada; ya que es todo y nada, a la vez .:::.

Este fuego humano, mundano y finito. Fuego denso, corpóreo. Peligroso y sustancioso: ES reflejo y REFLEJA. . .
Y es la huella de la transformación del ardor, causado por su espejada condición, la que va trazando el rumbo:
forjando el aprendizaje.

martes, 13 de julio de 2010


La duda óleo sobre lienzo 30 x 43 FERNANDO NUÑEZ


La duda
es un puerto
cubierto de niebla.

Un puerto mecedor de balsas

que flotan en el aire,

con un andar transparente

de velas blancas.

La duda
es un puerto
quieto:

-muerto-

Sin llegadas
ni partidas.

Solo niebla de amaneceres rotos.

De umbrales eternos,
que nunca prosperan:
Puro borde
puro abismo.

La duda no nace
ni muere.
Transita su no muerte/
su no vida
siempre a medias.

Pulula eternamente
los rincones vacíos;
las calles sin forma,
sin peso.

Vaga errante
e inerme
como triste
alma en pena.