Desde una llama humana y pasional, emerge el reflejo de nuestra propia sombra
-aquella que sin luz, no existiría-.

.:::. Hay quienes dicen que la verdadera luz es transparencia, por lo que no puede ser reflejada; ya que es todo y nada, a la vez .:::.

Este fuego humano, mundano y finito. Fuego denso, corpóreo. Peligroso y sustancioso: ES reflejo y REFLEJA. . .
Y es la huella de la transformación del ardor, causado por su espejada condición, la que va trazando el rumbo:
forjando el aprendizaje.

jueves, 16 de septiembre de 2010

él .-


Fresas y Clarinete/ Óleo sobre carton/ 2008/ ©Alejo LOPOMO





De sus ojos
desnudos;
nace el viento.
Y en las alas
de sus manos,
los latidos
del tiempo
perfuman los jazmines
del ahora:
Impulsando el
vuelo viejo
y novedoso
de su alma
y la mía,
comulgando.