Desde una llama humana y pasional, emerge el reflejo de nuestra propia sombra
-aquella que sin luz, no existiría-.

.:::. Hay quienes dicen que la verdadera luz es transparencia, por lo que no puede ser reflejada; ya que es todo y nada, a la vez .:::.

Este fuego humano, mundano y finito. Fuego denso, corpóreo. Peligroso y sustancioso: ES reflejo y REFLEJA. . .
Y es la huella de la transformación del ardor, causado por su espejada condición, la que va trazando el rumbo:
forjando el aprendizaje.

martes, 28 de septiembre de 2010

mOmentos míNIMos II.-


JOSÉ PUMA.- NOCHE,Óleo sobre lienzo, 120x90 cm.




Un último
suspiro
se despega
plateado,
en el umbral
del sueño.
Y divide las aguas
que lindan
con la vigilia.

La noche espaciosa;
esparce su aroma,
reptando por los
rincones ambiguos
de su misterio
sin bordes.