Desde una llama humana y pasional, emerge el reflejo de nuestra propia sombra
-aquella que sin luz, no existiría-.

.:::. Hay quienes dicen que la verdadera luz es transparencia, por lo que no puede ser reflejada; ya que es todo y nada, a la vez .:::.

Este fuego humano, mundano y finito. Fuego denso, corpóreo. Peligroso y sustancioso: ES reflejo y REFLEJA. . .
Y es la huella de la transformación del ardor, causado por su espejada condición, la que va trazando el rumbo:
forjando el aprendizaje.

viernes, 29 de octubre de 2010

un derviche en Plaza Moreno



Estoico,
desde hace
varias lunas.

Custodiado
por centinelas
de sagrada
forma:

Permanece.

Inundando
de intento
las catedrales
muertas.

De amor,
el desconsuelo.

De ojos abiertos,
el sueño
profundo.

Permanece
el derviche;
como un oasis
de luz,
en medio
del desierto
más oscuro.