Desde una llama humana y pasional, emerge el reflejo de nuestra propia sombra
-aquella que sin luz, no existiría-.

.:::. Hay quienes dicen que la verdadera luz es transparencia, por lo que no puede ser reflejada; ya que es todo y nada, a la vez .:::.

Este fuego humano, mundano y finito. Fuego denso, corpóreo. Peligroso y sustancioso: ES reflejo y REFLEJA. . .
Y es la huella de la transformación del ardor, causado por su espejada condición, la que va trazando el rumbo:
forjando el aprendizaje.

viernes, 5 de marzo de 2010

ceLEBración VII.-



Una pluma cayendo
sobre la veloz ciudad,
marcando
su propio tiempo
en la caída.

/Su propio tiempo,
que es a la vez,
el tiempo del mundo.


-el tiempo
de la propia
exitencia-/