
Por dentro
y por fuera
de la piel.
Plenamente.
Intensamente.
Ocupando
todo el espacio.
Vaciándose.
Desdibujándose.
Corriendo
sobre los bordes.
Con urgencia.
Sin tiempo.
El amor
de los artistas,
se canta a si mismo.
Se rie de él.
Se genera. Se desintegra.
Late, y se apaga.
Es solemne
y grotesco.
Una mentira
crudamente cierta.
Una verdad
absurda.
Un dolor en la sonrisa.
Una pausa sin quietud.
Vértigo constante
y erógeno.
Sutil engaño
a consciencia.
Goce liviano,
dulce
y melancólico.
Rienda suelta
al instinto.
Un grito terrenal
y desenfadado,
que abierto y
desmembrado
habla del
verdadero
sin límite.
De aquello
que pocos
se atreven
a reconocer.