Desde una llama humana y pasional, emerge el reflejo de nuestra propia sombra
-aquella que sin luz, no existiría-.

.:::. Hay quienes dicen que la verdadera luz es transparencia, por lo que no puede ser reflejada; ya que es todo y nada, a la vez .:::.

Este fuego humano, mundano y finito. Fuego denso, corpóreo. Peligroso y sustancioso: ES reflejo y REFLEJA. . .
Y es la huella de la transformación del ardor, causado por su espejada condición, la que va trazando el rumbo:
forjando el aprendizaje.

lunes, 8 de marzo de 2010

MUJER



Aquí
de pie/raíz.

Sintiendo
el mundo
y su fuego,
en mi vientre.

El aire
en mi pelo.

El agua
en mi sexo.

La vida en
mis manos.

El alma en mi pecho.