Desde una llama humana y pasional, emerge el reflejo de nuestra propia sombra
-aquella que sin luz, no existiría-.

.:::. Hay quienes dicen que la verdadera luz es transparencia, por lo que no puede ser reflejada; ya que es todo y nada, a la vez .:::.

Este fuego humano, mundano y finito. Fuego denso, corpóreo. Peligroso y sustancioso: ES reflejo y REFLEJA. . .
Y es la huella de la transformación del ardor, causado por su espejada condición, la que va trazando el rumbo:
forjando el aprendizaje.

miércoles, 10 de marzo de 2010

viaJe de IDA.-


Hay un camino
del que
no se vuelve.

Una consciencia,

un saber
ineludible;
que aterra.
Que ataca
directo
a la cordura.

Su sola idea
hace temblar
los pasos.

Pero no hay vuelta.

Una vez incorporado,
no hay retorno.

Es la lucha,
o la locura.

La Fe

o una muerte

lenta
oblonga
y silenciosa.