Desde una llama humana y pasional, emerge el reflejo de nuestra propia sombra
-aquella que sin luz, no existiría-.

.:::. Hay quienes dicen que la verdadera luz es transparencia, por lo que no puede ser reflejada; ya que es todo y nada, a la vez .:::.

Este fuego humano, mundano y finito. Fuego denso, corpóreo. Peligroso y sustancioso: ES reflejo y REFLEJA. . .
Y es la huella de la transformación del ardor, causado por su espejada condición, la que va trazando el rumbo:
forjando el aprendizaje.

lunes, 8 de marzo de 2010

Un páJARO en LA ventana.-


Él y yo
somos lo mismo.
(Y sin embargo
le temo)

Sus brazos plumas.
Mis manos alas.
El aire como necesidad
y anhelo.

Él y yo somos lo mismo.

Pero cada tarde;
cada mañana,
su mirada inquisidora
desde la ventana:
Su reclamo agudo,
su punzante marcha;

Me dividen.

Y lo amo
tanto como lo odio.
Le temo,
tanto como lo añoro.

/Él y yo somos lo mismo./

Y me amo,
tanto como me odio.
Me añoro,
tanto como me temo

y me olvido

de mi misma
y de que

él y yo
somos lo mismo.