Desde una llama humana y pasional, emerge el reflejo de nuestra propia sombra
-aquella que sin luz, no existiría-.

.:::. Hay quienes dicen que la verdadera luz es transparencia, por lo que no puede ser reflejada; ya que es todo y nada, a la vez .:::.

Este fuego humano, mundano y finito. Fuego denso, corpóreo. Peligroso y sustancioso: ES reflejo y REFLEJA. . .
Y es la huella de la transformación del ardor, causado por su espejada condición, la que va trazando el rumbo:
forjando el aprendizaje.

martes, 9 de marzo de 2010

oAsis CiTADino.-


Hay un bosque
y,
dentro suyo,
un tesoro
que envuelve un
alma;
Encerrada allí,
hace siglos.

Abierta,
desde siempre.

Hay un bosque
y
un estado de latencia.
Un ave rapaz.
Un suspiro.
Un deseo.
Un húmedo verdor.
Un pájaro de fuego.
Un misterio.
Un siempre.