Desde una llama humana y pasional, emerge el reflejo de nuestra propia sombra
-aquella que sin luz, no existiría-.

.:::. Hay quienes dicen que la verdadera luz es transparencia, por lo que no puede ser reflejada; ya que es todo y nada, a la vez .:::.

Este fuego humano, mundano y finito. Fuego denso, corpóreo. Peligroso y sustancioso: ES reflejo y REFLEJA. . .
Y es la huella de la transformación del ardor, causado por su espejada condición, la que va trazando el rumbo:
forjando el aprendizaje.

lunes, 8 de febrero de 2010

desierto EN la PRAdera .-

Hay algo de desierto
en la pradera.
Un color pardo
de nube de arena.

-De labio seco-

Un desierto de viento
y de silencio.

Aún cuando sobre los
árboles
cae
la lluvia
en calma.
Y huele a tierra
húmeda
y pasto verde.