Desde una llama humana y pasional, emerge el reflejo de nuestra propia sombra
-aquella que sin luz, no existiría-.

.:::. Hay quienes dicen que la verdadera luz es transparencia, por lo que no puede ser reflejada; ya que es todo y nada, a la vez .:::.

Este fuego humano, mundano y finito. Fuego denso, corpóreo. Peligroso y sustancioso: ES reflejo y REFLEJA. . .
Y es la huella de la transformación del ardor, causado por su espejada condición, la que va trazando el rumbo:
forjando el aprendizaje.

martes, 9 de febrero de 2010

pREsagio.-


Él me habló
de la brisa
post crepuscular.
La que agita
los árboles,
casi
imperceptiblemente,
anunciando la noche.

Él me habló de los presagios.

/Del sonido hueco
de la muerte.
De la flor radiante
de la vida./

Del cambio;
que conjuga
oquedad
y luz.
Y siendo
esencia germinal
y motora;

agita los árboles

en la
(infaltable)
brisa
inmediata
al fin
del crepúsculo.