Desde una llama humana y pasional, emerge el reflejo de nuestra propia sombra
-aquella que sin luz, no existiría-.

.:::. Hay quienes dicen que la verdadera luz es transparencia, por lo que no puede ser reflejada; ya que es todo y nada, a la vez .:::.

Este fuego humano, mundano y finito. Fuego denso, corpóreo. Peligroso y sustancioso: ES reflejo y REFLEJA. . .
Y es la huella de la transformación del ardor, causado por su espejada condición, la que va trazando el rumbo:
forjando el aprendizaje.

lunes, 8 de febrero de 2010

díAs ESPEJO .-


Los días espejo
me dejan
sin cara.
Si me busco
a mi misma,
aún no logro
encontrarme:
no me reconozco.

Tan solo me veo
en la cara de los otros.
/Me siento superpuesta/

Me encuentro simultáneamente
en el gesto ajeno.
En maneras,
en procederes,
que me dejan
perpleja.
Atónita.
Inactiva.
Implícita.
Tácita.

Los días espejo
me dejan sin rostro.

Más cuando logre
reconocerme;
cuando logre
en un día espejo,
ver mi cara reflejada.
Ya no será,
entonces,
mi cara.

Sino la cara de todos.

Con la salvedad,
que para entonces,
no hallaré diferencia . . .