Desde una llama humana y pasional, emerge el reflejo de nuestra propia sombra
-aquella que sin luz, no existiría-.

.:::. Hay quienes dicen que la verdadera luz es transparencia, por lo que no puede ser reflejada; ya que es todo y nada, a la vez .:::.

Este fuego humano, mundano y finito. Fuego denso, corpóreo. Peligroso y sustancioso: ES reflejo y REFLEJA. . .
Y es la huella de la transformación del ardor, causado por su espejada condición, la que va trazando el rumbo:
forjando el aprendizaje.

martes, 26 de enero de 2010

En el HOstEL.-

Las mañanas tranquilas
envuelven a Tandil.
Lo reciben en silencio.
El sol bendice
las ventanas
de la casita compartida,
y baña la madera
en miel de oro.
Todo es ameno
y apacible.
Los vestigios de la turbulencia
a veces estremecen
mis ojos;
brotando desde
adentro.
Pero lentamente
la calma va llegando:

Esta claridad que inunda el espacio,
con su aroma
a eucaliptus;
comienza a
filtrarse por mis poros.