
Siempre fui en busca.
Fui la perseguidora.
Jamás entendí la recepción
uterina.
Nunca le di lugar.
Jamás esperé en mi lecho.
Fui en busca
y he vuelto
con las manos vacías.
Con el alma ansiosa,
anhelando
diferentes descenlaces.
Fui en busca
y provoqué asfixias,
al ni siquiera yo
saber tomar aire.
Y me llené de tensiones
y arrebatos.
De parcialidades
y ausencias.