
Es de noche
y allá afuera
llueven
susurros cristalinos.
Un sonido calmo y parejo
que canta silenciosamente.
La tierra abierta
se deja penetrar,
y rezuma
aromas frescos:
celebrando.
Hay rumores de magia
misteriosa
y desde la ventana,
más allá de ese canto
y su frescura,
se oyen voces antiguas
que rezan la tierra,
el agua,
y la vida.