
Blanca vestidura
ceremonial.
La vela azul
encendida.
El círculo,
los objetos,
el poder.
Encuentro de guerreras
anhelando
la cura:
El renacimiento.
Luz de plata
embebiendo
la noche.
Y presencias ancestrales
pululando
en simultàneo
con este ahora
eterno.
Tanta tanta fuerza.
Tanto revoltijo.
Puertas abiertas
a la entrega,
y al juego inacabable
de la percepciòn.
Espíritus que acechan
y rodean el entorno
como suaves telas
que envuelven,
y acarician la piel
del
alma.